72 horas

Existía por existir. Aún desconocía el sentir. Pero la esperanza la perdía. Tendía a desistir. Y me despierto en un abismo, aún parece ser el mismo mundo que habitaba donde soñaba sin vivirlo. Mas todo era diferente. Era  soñadora viviente. Todo lo que tocaba se volvía incandescente. De pronto se acercaba. Le miré y me miraba. Su rostro desconocía. Pero cálida fue su mirada que me invadió repentinamente. Me cautivó cuerpo y mente. Como si supiera lo que ansiaba y me lo concedía gratamente. Y componía una melodía con cada palabra que me decía que me hipnotizaba haciendo que pasaran los días. Tres. Tres días. Setenta y dos horas nos prometimos. Conocernos, nos conocíamos. Prometimos descubrirnos. Cada detalle, cada fallo. Lo que nos hace humanos. Imperfectos, nos miramos. Perfección observamos. ¿Distancia? No es nada. ¿Newton qué sabrá? La atracción que nos une va más allá. Metafísico puede. Espiritual quizá. Sentiré lo mismo esté allí, esté acá. Ni comer, ni beber, ni dormir he necesitado. Solo necesito que esté aquí a mi lado. Que me toque, me acaricie. Sentirle y él sentirme. Fusionarnos. Fundirme en sus labios y volver a repetirse.
Piper Rose

No hay comentarios:

Publicar un comentario